Mauritania tapona un millón de migrantes que quieren venir a Canarias

El Observatorio Atlas-Sahel de Mauritania alerta que los enjambres de llegadas de “embarcaciones” no van a cesar y pide a la UE medidas drásticas de apoyo para evitar conflictos sociales en este país

POLÍTICA13/10/2024JOSÉ LUIS JIMÉNEZJOSÉ LUIS JIMÉNEZ
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Lemine Katthary, presidente del Observatorio Atlas-Sahel I Foto: LGdeGC

Mauritania tiene 5.000 kilómetros de frontera y cuando un cayuco sale desde el norte de ese país a Canarias atraviesa una distancia similar a la que hay si se fuera desde Telde a Madrid. Mauritania es el nuevo tapón de occidente por dos vías: Sahel y la subsahariana. Lemine Katthary, presidente del Observatorio Atlas-Sahel, mientras toma una gran taza de café aguado y hace un remolino con la cuchara de un hotel de Nuakchot, mantiene un prolongado silencio en la videoconferencia para soltar la primera sentencia de uno de los mayores expertos norteafricanos en inmigración: “más de un millón de inmigrantes irregulares en Mauritania buscan llegar a Europa desde nuestras costas a través de la Ruta Atlántica". En el plano legal, Mauritania tiene una dura ley para luchar contra las mafias y una Ley de Residencia que impide que cualquier inmigrante que no cumpla las normas básicas de convivencia tiene el ingreso prohibido en el país durante diez años.

Katthary achaca que la llegada masiva de migrantes a Mauritania es resultado de la estrategia híbrida que hay en el Sahel por parte de grupos delictivos organizados en África para lanzar enjambres de migrantes a Canarias en múltiples frentes operativos. Pero Mauritania, un país que dio a Roma a dos emperadores, lucha en el mar y en tierra para frenar que las mafias saquen partido a la posibilidad de explotar las divisiones y los agravios sectarios, étnicos y religiosos entre los migrantes al mezclar transaharianos con subsaharianos y procedentes de Pakistán, Siria, Bangladesh y la India. Las mafias saben que en la desesperación hay una herramienta poderosa para llevar a cabo una campaña híbrida de ramificaciones estratégicas significativas.

Para Lemine Katthary, esta instrumentalización de la migración, sumada a una afluencia cada vez mayor de migrantes a través de una combinación de rutas, puede contribuir a aumentar la presión sobre las autoridades de los Estados miembros y tratar de desequilibrarlas, especialmente en términos de recursos desplegables al considerar la geografía y la mano de obra disponible. Esto conduce a mayores complicaciones a la hora de abordar las amenazas híbridas. Los actores hostiles emplean la táctica de generar distracción dentro de la UE, así como fomentar la polarización dentro de las sociedades mediante la difusión de información errónea y desinformación. Esta estrategia tiene como objetivo desorientar a la UE y facilitar el logro de los objetivos de los actores hostiles.

A su juicio, Mauritania atraviesa una etapa muy difícil debido al creciente número de inmigrantes irregulares que llegan desde diversos países africanos. “Mauritania se está convirtiendo en el país de tránsito a través de la Ruta Atlántica, lo cual es un tema muy grave porque es la prueba de lo que son capaces de hacer las mafias y el crimen organizado en nuestra región, y su capacidad para traer inmigrantes y traficar con ellos; como digo, ya no se trata solamente de inmigrantes africanos, sino que este fenómeno está adquiriendo nuevas dimensiones”. Agrega que “esto debe hacer saltar todas las alarmas porque nos enfrentamos a un peligro real ante el que debemos actuar rápidamente, aunando todos los esfuerzos posibles para hacer frente a esta nueva realidad antes de que se convierta en un verdadero desastre que amenace la seguridad y la convivencia en Mauritania y, por supuesto, en los países europeos, principalmente en España y, más concretamente, en Canarias, donde se sufrirán las graves consecuencias de este problema si no se actúa a tiempo".

El caso es 4,5 millones de habitantes de un país con 1,5 millones de migrantes dando tumbos por el país y un centro de refugiados de la ONU en la frontera con 170.000 refugiados procedentes de un problema ajeno: Mali. Mauritania, que tiene acuerdos de repatriación de ilegales con Senegal, Mali, Gambia o Costa de Marfil, se enfrenta a un desafío que puede generar riesgos de estabilidad institucional por los problemas de estabilidad que hay en Burkina Fasso, Mali, Níger y Camerún, si no se mantiene la sabiduría de saber combinar soluciones de forma eficiente ya que “supone una gran presión sobre los recursos" porque “para que se entienda, es como si a España llegasen de golpe 15 millones de inmigrantes de forma ilegal”. “Este es el mayor reto al que se está enfrentando Mauritania, seguido, por supuesto, de la lucha contra otros fenómenos asociados a la inmigración ilegal, como son el tráfico de personas y el tráfico de drogas, lo cual es una amenaza que está alterando la vida de los mauritanos, que estamos siendo testigos de la llegada de nuevas prácticas y nuevos problemas para los que no estamos preparados; ejemplo grave de ello es el tema de la droga: la sociedad mauritana no está acostumbrada al consumo de drogas y es un fenómeno que está proliferando con la llegada de los inmigrantes irregulares”.

El 80% de esos inmigrantes llega a Mauritania con la intención de conseguir el dinero suficiente para intentarlo; podemos afirmar que, ahora mismo, más de un millón de inmigrantes irregulares en Mauritania buscan llegar a Europa desde nuestras costas a través de la Ruta Atlántica. Esto no quiere decir que todos lo consigan, en la mayoría de los casos pasan meses desde que llegan hasta que disponen del dinero para el viaje. “Desgraciadamente son personas que caen en manos de las mafias de la inmigración ilegal y nuestra labor desde el Observatorio Atlas-Sahel pasa por concienciar a sus víctimas potenciales mostrando los horrores de ese viaje letal y la realidad si finalmente consiguen llegar a Europa”, afirma Katthary.

En el país al que en 2025 el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica un crecimiento del 15%, uno de los mayores del mundo, el ciudadano medio mauritano también se ha asustado y vive en un estado de miedo y preocupación constante porque se está viendo superado por la nueva realidad a la que se enfrenta; cuando la amenaza comienza a poner en juego los valores sociales, la seguridad y los principios, el miedo a llegar a perder la identidad como sociedad es, quizás, lo que más nos debería abrir los ojos. Por ello, la puesta en marcha del Observatorio Atlas-Sahel, que preside, “es la muestra del estado de conciencia y del creciente interés y preocupación ante el peligro que representa la inmigración ilegal”.

Este observatorio trabaja para abordar este fenómeno y queremos concienciar a la sociedad civil, a los ciudadanos mauritanos “para que nos ayuden a acabar con esas mafias que se dedican al tráfico de personas, y a los propios inmigrantes para que tomen conciencia y pongan en alerta a otros compatriotas de las grandes mentiras con las que les captan las mafias en cuanto a las oportunidades y la vida en Europa", expresa Lemine Katthary.

Noticias de Gran Canaria I La Gaceta de Gran Canaria

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